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Ansiedad y depresión, en alza los problemas mentales seis meses después de la DANA

Ansiedad y depresión, en alza los problemas mentales seis meses después de la DANA
  • 75.000 personas sufrieron la avenida de manera directa

En los desastres naturales, que serán cada vez más frecuentes, es imprescindible contar con una respuesta de atención psicológica a las personas afectadas que esté a la altura de las circunstancias.

Se cumplen 6 meses desde que la DANA dejará 224 personas fallecidas, más de 300.000 afectadas de las cuales 75.000 de ellas habrían sufrido directamente las venidas del agua.

Este desastre natural sin precedentes puso de relieve la falta de preparación y respuesta a todos los niveles. Uno de ellos fue sin duda la atención psicológica a las personas afectadas. Ante fenómenos que provocan tal nivel de víctimas, destrucción y caos resulta fundamental una atención psicológica temprana para evitar que la situación de ansiedad, sufrimiento y pérdida degeneren en problemas psicológicos crónicos.

Estos efectos pueden ser agudos, en el corto plazo, pero también pueden deteriorar la salud mental y el bienestar psicosocial de las poblaciones afectadas, ya de por sí muy deteriorada por la crisis del Coronavirus. Por su parte, Psicólogas sin Fronteras (PsF), asociación que se crea con el objetivo de acercar a los y las profesionales de la Psicología a las comunidades afectadas por catástrofes, acudió pasadas las primeras horas del impacto de la DANA a los diversos municipios que se pusieron en contacto para pedir ayuda. PsF, acorde a su misión, movilizó a sus equipos para responder a los diversos focos afectados por la DANA dentro de la Comunitat Valenciana.

Se realizó un reconocimiento del nivel de afectación, fue necesario tipificar la sintomatología, para evitar la patologización y medicalización de las personas, enfocando los esfuerzos en la atención psicológica individual. La magnitud de la emergencia provocó que los servicios de apoyo en salud mental y psicosocial en los municipios, de antemano desbordados, se vieran colapsados viendo limitadas sus capacidades de responder a las necesidades de Salud Mental y Apoyo Psicosocial (SMAPS) de las poblaciones afectadas.

Acorde al trabajo de PsF y de la mesa de salud mental creada para coordinar esfuerzos se distribuyeron las atenciones a más de 300 personas en las localidades de Benetússer, Paiporta, Massanassa, Sedaví y Chiva.

En la segunda fase de intervención, se llevaron a cabo planes de intervención con el objetivo de generar una atención psicosocial que se pudiera mantener a medio y largo plazo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) según estudios del sector estimó que entre el 20 y el 40% de la población afectada podría experimentar estrés agudo, ansiedad, miedo o síntomas psicológicos leves o moderados que, si bien no requieren intervención terapéutica, necesitarán apoyo psicosocial para no generar cuadros agudos. Se realizaron las previsiones de la población afectada, concluyendo que un 15 y un 20% podían desarrollar cuadros graves de depresión o ansiedad generalizada en los meses posteriores al evento de no contar con apoyo especializado.

Durante esta fase, se pone en marcha la articulación con diferentes Ayuntamientos con la finalidad de brindar el recurso de atención psicológica a la población afectada encontrando una visible falta de organización, resistencia y agotamiento del personal interviniente en primera línea.

En esta fase se asignan a PsF casos derivados de nuestra línea Servicio de Atención Psicológica por la Emergencia y Crisis (SAPEC), teniendo una amplia demanda (más de 700 solicitudes de atención psicológica) de personas de todas las zonas afectadas por la catástrofe. Este servicio ha permitido una atención inmediata en la que los profesionales de la psicología realizan intervenciones en crisis oportunas, orientadas a minimizar el impacto emocional y psicológico generado por este evento con un enfoque que se basa en proporcionar un espacio de apoyo seguro, con escucha activa, empatía y contención emocional, permitiendo ofrecer respuestas ajustadas a las demandas planteadas por las personas afectadas, dentro de los recursos disponibles también en el aspecto social, donde se ha evidenciado una falta de servicios disponibles para las personas afectadas. Los casos de estrés post traumático, se derivan a los servicios de atención primaria, sin embargo, se sigue acompañando a las personas que lo presentan para evitar una cronificación de la sintomatología ante la lista de espera en los departamentos de psiquiatría.

En la fase de Consolidación que va desde el 2 de febrero hasta la fecha se empieza la atención en los centros de trabajo social que demandan atención psicológica mediante convenio. Se empieza a atender al funcionariado que solicita atención psicológica por el desgaste generado de la contención y el arduo trabajo en primera línea. PsF también interviene con personas migrantes acercando la atención psicosocial integral a esta población.

Desde Psicólogas sin Fronteras, apostamos por la atención psicológica sostenida a mediano y largo plazo, además de la recuperación del Tejido Comunitario y la recuperación del bienestar individual y colectivo. Para ello se necesita mantener nuestra intervención y seguir contribuyendo al restablecimiento de la Salud Mental. La saturación de los servicios de salud, pone de relieve la necesidad de aumentar recursos en salud mental para prevenir la cronificación de los síntomas.

 

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